*Este sector, uno de los que más ha tardado en incorporar la perspectiva de género en la política pública. *La movilidad del cuidado resulta fundamental en la vida cotidiana: Paula Soto Villagrán.
197-20-UAM|24 de marzo de 2020. Los sistemas de transporte en América Latina han sido diseñados sin perspectiva de género y sin tomar en cuenta las necesidades de la población femenina, a pesar de que 50 por ciento de este sector utiliza el servicio, pero es invisibilizado en las políticas públicas, afirmó la doctora Paula Soto Villagrán, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)
Reconocida –por la Women Mobilize Women y el Transformative Urban Mobility Initiative, dependiente del ministerio del transporte de Alemania– como una de las 50 mujeres más importantes en el mundo en el ámbito del transporte, la investigadora sostuvo que el ramo es uno de los que más tardíamente ha considerado el género a la hora de definir los programas oficiales.
La profesora del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa lideró en Pantitlán, Taxqueña e Indios Verdes el proyecto Análisis de la movilidad, accesibilidad y seguridad de las mujeres en tres centros de transferencia modal de la CDMX, financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo.
Uno de los hallazgos más importantes de este trabajo fue que “las mujeres, en su cotidianidad y en un mismo desplazamiento, realizan diferentes viajes, es decir, tienen una forma multimodal de moverse por la ciudad”, al utilizar diferentes tipos de transporte y con propósitos distintos, en general relacionados con las tareas domésticas.
Esos traslados múltiples –conformados por pequeños desplazamientos– no son visibilizados ni en las encuestas origen-destino ni cuando se problematiza el asunto, a pesar de que ellas tienen necesidades distintas a las de los hombres, porque usan “mucho más el servicio público para trasladarse”.
Trabajar y estudiar son los motivos más importantes de los desplazamientos de las mujeres, aunque existe la movilidad del cuidado, que implica una serie de tareas: visitar a familiares; resolver asuntos de salud; acompañar a los adultos mayores en sus citas al hospital, y llevar a los niños a la escuela.
Dichos viajes no están considerados y, por lo tanto, no se miden en las encuestas origen-destino, sin embargo, “nosotros encontramos que para el segmento femenino representa la segunda prioridad”, después de cumplir la jornada laboral, por lo que es un dato de gran relevancia que debe considerarse, enfatizó Soto Villagrán.
En la investigación participó un equipo conformado por alumnos de licenciatura y posgrado “que han incorporado esta reflexión en la antropología, la geografía y el urbanismo”, entre otras disciplinas, e iniciará un estudio específico financiado por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México.
La evidencia empírica “nos va a confirmar lo que hemos indagado desde hace varios años: que dicha movilidad es fundamental para la reproducción de la vida cotidiana, pero es invisibilizada en las políticas públicas en la materia”.
Aquello que implica la provisión de alimentos, realización de trámites y cuidado de niños y adultos mayores son aspectos prioritarios y, sin embargo, no reconocidos por la industria del transporte, ante lo cual “muchas de nuestras sugerencias irán orientadas a incorporar la perspectiva de género y de cuidados en esa área, pensándola de manera integral.